de astuta como diría el juez.
Estirándose y bostezando.
La gula le ha hecho abandonar la cama,
que desde los primeros frescos,
la tiene secuestrada.
Una carpeta cae rompiendo el encanto,
no huye lejos sabiéndome desarmado.
Vuelve poniendo ojitos
a todas luces falsos.
¿Otra vez tienes hambre gorda?
La espeto yo como si entendiera
mientras apena el maullido
conoce bien la frecuencia.
Me levanto resignado
y ella triunfante se ocupa
de que no me distraiga por el camino.
5 comentarios:
Algo tienen los gatos que inspiran poemas. Mira al Sánchez-Drafgó, por ejemplo, el disgusto que se llevó cuando se murió su gata
Se lo voya a recitar a la mía. Te lo prometo.
Vuelve poniendo ojitos
a todas luces falsos.
Genial, estás hecho un poeta!
Si es que los felinos siempre nos harán felices...
Saludos y un abrazo.
Son gatos...
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